Autor: Jack Kerouac
Género: Novela (generación beatnick)
Sinopsis: Tristessa es el nombre con el que Kerouac bautizó a Esperanza Villanueva, una joven mexicana católica, prostituta y adicta a ciertas drogas, de quien se enamoró durante una de sus estancias en México –país que visitaba con frecuencia- a mediados de los años cincuenta.
Envuelta en una atmosfera espiritual que expresa los anhelos de Kerouac por encontrarse a sí mismo, Tristessa es el relato de la extraña relación amorosa que tuvo el autor con esta mujer, así como la significativa descripción del ambiente que la rodeaba, en la que aparecen retratos de algunos lugares significativos de la ciudad de México: Plaza Garibaldi, la Colonia roma…
Allen Ginsberg, al referirse al libro, escribió: "Tristessa es una meditación narrativa que estudia una gallina, un gallo, una paloma, un gato, un perro Chihuahua, carne de familia y a una señora deslumbrante y drogadicta”. En "Tristessa", Kerouac intenta que el lector se forme una imagen de tranquila transcendencia en circunstancias agitadas y, a veces, peligrosas. Narra cronológicamente la vida pobre de "Tristessa" y su adicción a la morfina con descripciones cargadas de elementos que hacen alusión a su inocencia y belleza santa.
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“Percibo todos los ángulos de este sueño…” J. Kerouac
Reseña:
“Estoy con Tristessa en un taxi, borracho, con una enorme botella de Whisky Juárez… heme aquí en la Ciudad de México, lluviosa noche de sábado, misterios, viejos sueños de pequeñas calles innombrables por las que he caminado…”
Una vez más nos encontramos aquí para reseñar algo de aquellas letras que por algunos han pasado al olvido; por otros sigue en el nicho del culto y por los más es ignorada. La Beat Generation (en posteriores reseñas hablaremos de esta “corriente”) si bien quedó décadas atrás justo es rescatar la propuesta y más porque los tiempos actuales sin duda que bien se pueden ver como fuente abundante de inspiración beat.
“En esta loca noche de sábado, por lluviosas calles estilo hong Kong, nuestro taxi avanza lentamente por los caminos de un mercado hasta la zona de prostitución, donde nos bajamos detrás de unos estanquillos de frutas, tortillas con frijoles, y puestos de tacos con bancas de madera… es la zona pobre de la Colona Roma”
Tristessa es la única novela beat que se escribió sobre México. Hecha al más puro estilo de Kerouac, el libro está escrito en una frecuencia sonora, más que visual o textual. La escritura-improvisación constituía para Kerouac un ritual tan budista como el que realiza en jazzista al dejar que su instrumento toque solo. Es devenir, es flujo de palabras, flujo también de un cuerpo y un hombre que no cesa de no moverse: novela como un solo de jazz literario.
“…el indio estará ahí majestuosamente parado, acercando a su enorme brazo moreno una jeringa de morfina, mirándome con los ojos brillantes o esperando pincharse con la aguja para al fin obtener el añorado fuego…”
Impulsado por su fervor religioso, no sólo budista, el autor crea una interesante obra literaria donde México aparece como un espacio simbólico, en el que Kerouac instala sus personajes –incluido él- en una serie de problemas humanos, de existencia, de vida.
Pero Tristessa, la novela, es más, mucho más, que el diario de un drogadicto, más que una crónica descriptiva de los chutes que se van sucediendo, más incluso que una historia de amor en el ambiente más lóbrego que cabe imaginar. Tristessa es, sobre todo, la historia de una búsqueda y de una decepción. Una búsqueda de la belleza entre todos aquellos tipos derrotados y tirados por las calles, de la bondad en una mujer que sufre ataques epilépticos producto quizás de la sobredosis, de la trascendencia en un mundo oscuro donde te roban cuanto tienes en los bolsillos cuando estás tirado en el suelo, mientras los viandantes pasan por encima de ti sin mirarte… Es una búsqueda febril, agónica, máxima, arriesgándolo todo por el camino… y es la constatación final de que seguramente no hay nada al final de todo, más que esas sucias calles, esas jeringuillas manchadas de sangre y esa esquelética mujer que, pese a todo, acaba por eludirte.
“Si tan sólo conservara la magia de la infancia cuando recordaba cómo eran las cosas antes de nacer, no me preocuparía la muerte ahora que sé que ambas son el mismo sueño vacío”
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