Juliette del Marqués de Sade
Libro: Juliette o las prosperidades del vicio, también es llamado Juliette o el vicio ampliamente recompensado
Título original: Histoire de Juliette, ou les Prospérités du vice
Autor: Donatien Alphonse François de Sade mejor conocido como el Marqués de Sade
Año: 1796
Género: Novela erótica. Filosofía.
Escrito por NEKRomantika
Reseña:
¿Quién no conoce al Marqués de Sade?
o por lo menos ¿quién no ha escuchado hablar de él? Este escritor ha
sido nombre de muchos rumores y de muchos conceptos. Gracias a su nombre hoy en día se usa un termino muy marginado "el sadismo". Se dice mucho
acerca de su vida pero realmente no se sabe mucho ¿realmente era un
perverso o era simplemente un neurótico que fantaseaba perversamente? No
lo sabemos, pero al final de cuentas, el mensaje que quería transmitir
Sade era claro: los vicios son el camino y principalmente logro transmitirlo con esta novela. Juliette
es una chica que queda huérfana, junto con su hermana Justine. Este
libro fue predecesor del famoso planteamiento expuesto en la historia de
su hermana. Juliette al contrario de su hermana, opta por el camino de
los vicios y el libertinaje; cosa que le deja muchas recompensas no como
a Justine.
El
Marqués logra nuevamente hacer una novela donde critica los temas que
le aquejan: la moral, la religión, las virtudes y el amor. Una total
exposición a las instituciones como lo son los conventos y las iglesias,
verdaderas casas de orgias y sadismo. Es muy importante dilucidar el
trabajo que realiza el
Marqués al exponer el verdadero contexto de lugares como lo son los
burdeles y la manera que se llevaba la prostitución y sobre todo la
sexualidad de Francia en esa época. Pero no hay que infravalorar al Marqués puesto que no sólo escribe de sexo, hace una presentación exquisita acerca de cuestiones filosóficas inherentes a la humanidad.
“¿Por
qué esas iglesias –pregunto hablando retóricamente-,esos tribunales,
esas cortes políticas, y todas las demás instituciones hipócritas que
pretenden gobernar nuestras vidas han de insistir, generalmente bajo
ameneza de horribles castigos, en que creamos que existe un dios
supremo? ¡Un padre completamente bondadoso! ¡Un más allá! ¿Por qué? ¿Por
qué necesita el universo de alguien que lo cuide? Tiene leyes eternas,
inherentes a su naturaleza; no necesita promotor original. El movimiento
continuo de la materia lo explica todo; materia sin personalidad, sin
amor ni odios, sin hambre ni sed; materia sin recompensas ni castigos;
una materia si mandamientos de piedra ni leyes de pergamino; una materia
sagradamente impersonal, de una indiferencia divina, que fluye
continuamente.” (Marqués de Sade, Julieta o el vicio ampliamente recompensado. Página 31)
Marqués
escribió esta obra después de haber sido encarcelado en la Bastilla, en
la época donde no tenía ni para comer tenía que andar mendigando en las
calles, así mismo escribió una carta a una influencia política en tono
de suplica ayuda económica.
Sea como sea, la manera que logra redactar los acontecimientos que se podrían considerar grotescos se convierten en eróticos
y hasta persuasivos. Aunque el Marqués haya sido un perverso o no, él no
sólo se dedica a exponer la verdadera vida de las personas “más
célibes” o de las personas más viciosas, él logra convencer hasta el más
escéptico de que los placeres y los crímenes son el camino correcto. El
Marqués es creador de una religión, de un movimiento
que tiene como consigna: “el placer ante todo”. Un creador de una forma de vida sin riesgos, sin
prejuicios, ni mandatos.
“Que esto -y se llevó la mano a la entrepierna- sea tu única religión; sigue sus mandatos y nunca te equivocarás.” (Marqués de Sade, Julieta o el vicio ampliamente recompensado. Página 29)
Es
un exponente donde los cuerpos parecen ser una pila de libros, poros
acostados unos sobre otros. Formas estáticas, tersas, duras o escuálidas
de sangre circulante. Caminos largos de erotismo, filas indias de
perversiones. Instintos animales que no nos podemos arrancar y parecen ser el camino que nos domina a lo llamado “humano”.
Aquí puedes ver mi otra reseña acerca del Bebé del Psicoanalista de Gutton y El horla de Guy de Maupassant
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