Título: Las Muertas
Autor: Jorge Ibargüengoitia
Género: Reportaje novelado
En
esta obra del escritor y periodista mexicano, nos es posible observar una simbiosis muy interesante y original
entre la crónica periodística y la novela, en la que mediante el manejo de los
testimonios de involucrados narra, a modo casi de informe policial, la
historia de cómo un grupo de madrinas y sus abnegadas, terminan en la cárcel por una serie de causalidades que raya en lo tragicómico.
Los
negocios de prostitución elaborados por las hermanas Baladro se mantienen
estables, pero se nos informa de esas pequeñeces que provocaron la bancarrota
de las madrinas, lo que hace del texto algo sumamente realista, ya que la
información rescatada de cada testimonio nos permite comprender todo lo que ha
pasado. Y es que la labor de investigación del guanajuatense se logra plasmar junto al contexto del suceso, en donde diarios amarillistas hacían una hipérbole de la tragedia, con esos encabezados en mayúsculas, con letras amarillas y los rostros de las Baladro enfurecidas, al punto de cólera.
La
leyenda “Algunos de los acontecimientos
que aquí se narran son reales. Todos los personajes son imaginarios”
provoca en el lector cierta atracción y, en el momento en el que se narran
hechos atroces, son atenuados al saber que está basado en hechos reales.
La
narración, además de ser de un carácter circular, donde se comienza por el
final, permite ver cierto estilo de jerarquización en cuanto a la presentación
de los testimonios; comienzan con la historia de Serafina, y su venganza de
Simón Corona, suceso que sería lo que llevaría al derrumbe definitivo de las
hermanas Baladro. Después, Simón contará lo sucedido, y lo que lleva a Serafina
a cometer tal acto de venganza, y de modo sucesivo vamos pasando por Arcángela,
el capitán Bedoya, y así hasta llegar a las historias de las mismas
prostitutas, y de cómo fueron llevadas, en algunos casos, a base de engaños.
Ibargüengoitia
toma perfectamente el caso de Las
Poquianchis¸ y creando personajes ficticios nos presenta los hechos de
forma verídica y hasta cierto punto objetiva. Se pone en tela de juico incluso
las verdaderas intenciones de los protagonistas, lo que los hace más humanos, y
el lector puede adquirir cierta empatía con cualquier personaje debido a su inestabilidad.
Por El Sátiro
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